Vólareeeeeee, o..ohhhh .
Volar es uno de mis mayores sueños. Volar y flotar en el aire, ver el mundo desde las alturas, llegar muyyyy alto, y hacer mil y una piruetas, volteretas y caballitos. Con 20 años no hice caída libre porque no surgió, y ahora que quiero hacerlo, dada mi faceta de “mami de dos” no me lo permito por el momento, por no asumir altos riesgos, que los cachorritos todavía necesitan mucho a su madre, je je. Pero como todo en la vida, se trata de buscar alternativas para disfrutar de esas emociones y colmar esos deseos incumplidos. ¡Y he encontrado el mejor juguete del mundo! Se llama Windobona, …menudo chute de adrenalina… 😉
María, “la Rubi”
Pues a mí para ser sincera, las alturas no es que me gusten mucho. La sensación de vértigo nunca me fue agradable, pero me niego a vivir una vida sin experiencias, pues es lo que vamos a llevar. Estaba nerviosa, muy nerviosa, pero suerte me pusieron la última para volar y tuve tiempo de relajarme viendo como todos salían con cara de satisfacción. La experiencia ha sido genial. ¡¡Pero advierto!!, ¡¡crea adicción señores!! Como lo oyen…
Sandra, “la Peli”
Windobona y nuestro bautismo
Windobona Madrid, es un túnel de viento para la práctica de la caída libre que te permite tener una experiencia similar a saltar desde un avión a 4.000 metros de altura. Con más de 4 metros de diámetro y 15 de altura, sus paredes de cristal te permiten tener la sensación de volar con gran visibilidad de todo el entorno. La potencia del ventilador, que puede alcanzar más de 280 km/hora, te hace subir como un torbellino hacia arriba. Uhhh yeahhhh…
Para volar en este túnel de viento, hay que reservar con antelación, a través de su web, o por teléfono. Te asignarán día y hora para que te presentes allí una hora antes de tu vuelo porque hay un protocolo previo a la entrada al túnel.
No hay problema por el aparcamiento, pues está justo frente al centro comercial Islazul, por lo que si no encuentras sitio en la misma calle, puedes acceder al parking gratuito del centro comercial.
Cuando llegas, registran tu entrada, y te muestran los paneles donde, de forma digital registras tus datos, pasas un cuestionario de estado físico, y firmas la exención de responsabilidades. Posteriormente, y una vez está el grupo completo, te presentan a tu instructor que se encargará de suministrarte el atuendo de vuelo: mono, casco, gafas, y tapones para los oídos.
Os recomendamos llevar ropa cómoda, pues esta queda bajo el mono, así que cuantas menos “apreturas”, mejor. En cuanto al calzado, deportivo y bien ajustado.
Fuera collares, pendientes, pulseras. Todo sale volando. Quítate la alianza si llevas, no sea que salgas solter@ de Windobona ¡¡jajaja!!!
Una vez cambiadas en los vestuarios, pasamos a la sala de formación con nuestra instructora, Totta. Una loca-flyer italiana, un encanto. Ella nos ofreció las instrucciones básicas de vuelo: posición y signos.
Como dentro del túnel hay tanto ruido, toda la comunicación es por signos para ir corrigiendo posturas y conseguir el equilibrio que te permite VOLAR. Consignas muy sencillitas que con una actitud relajada te permitirán flotar y disfrutar sin problemas.
Concluida la formación, vamos a la parte más emocionante. ¡El túnel!
El túnel está en el centro del local, rodeado de la cafetería y a la vista del público, así que si te acompañan, te podrán ver, fotografíar, o grabar…sin ningún tipo de problemas.
Entras dos veces. Una primera de toma de contacto, y la segunda, donde ya más familiarizado, tienes la oportunidad del «taxi», que trata de subir a lo alto del túnel acompañado por el instructor girando cual molino de viento.
Si tienes un poco de corte la primera vez, se te pasa enseguida. En cuanto llega el momento te olvidas de que hay mundo ahí fuera.
Se entra al túnel de uno en uno. Con la ayuda del instructor, entras por la puerta lanzándote en posición horizontal, con los brazos hacia adelante y la barbilla levantada. ¿¿Fácil no?? Pues depende del equilibrio de la persona, pero el que más y el que menos, la primera vez que entra, sufre turbulencias..¡¡divertidísimo!!
Es entonces cuando el instructor te da todas las indicaciones por signos para estabilizar el vuelo…y…¡¡eh voila!!! ¡¡Experimenta la magia del volarrrrrrrr!!
Al concluir las dos sesiones por persona, el instructor, en nuestro caso Totta, hizo una exhibición de vuelo profesional donde ves lo que realmente te encantaría llegar a hacer. Sobre un chorro de viento potenciado “a todo trapo”, danzó a su aire, subidas, bajadas, volteretas. Alucinante. Además, después de los dos vuelos en los que tu principal objetivo ha sido mantener el equilibrio y disfrutar, de verdad aprecias lo que suponen esas acrobacias aéreas y esos caballitos en el aire.
¡Espectacular!
A la salida, y tras entregar toda la equipación, tienes la oportunidad de recoger todas las fotos y vídeos que te han hecho cuando has entrado al túnel. Genial el poder verte volar, y ver tu cara sonriente a la par que deformada cuando entras al túnel de la felicidad. Jua jua..
¡Os dejamos enlace a la galería de fotos de esta experiencia en las alturas! hola-desde-el-tunel-de-la-felicidad/
¡¡Por cierto!! ¡¡Deciros que volveremos!! Y volveremos esta vez con los más pequeños. Tienen un grupo especial de mini-flyers los domingos por la tarde. Estuvimos viendo a algunos pequeñajos, y es increíble la estabilidad y frescura que tienen moviéndose dentro del túnel.
¡¡Os contaremos la experiencia y bautismo de nuestros tres cachorretes en el Indoor Skydiving!! ¡¡muy pronto!!
Windobona Indoor Skydiving Madrid
Calle Calderilla, 16, 28054 Madrid